La historia del disco "Alas", de Leandro Losada. Cómo utilizó la música para poder atravesar uno de los momentos más difíciles de su vida. Por qué habla de resiliencia, de testimonio y de la posibilidad de acceder a las emociones a través del arte.
Resiliencia es el concepto que explica por qué tituló “Alas” a su primer disco en solitario. Tras acorralar los dolores que le causó una pubalgia (inflamación en la zona del pubis), a los 31 años Leandro Losada se concentró en la música, como si fuera un “lugar de reparación y de sanación”, dijo en una entrevista con LA CAPITAL.
“Siento que es el disco que me va a dar las alas para entrar en la casa de la gente, en los corazones, siento que van a ser las alas para llegar a otro lugar a través de las canciones”, reconoció el músico que es guitarrista, enseña canto y, a su vez, también se recibió como maestro de primaria.
Escuchá el disco acá:
“Las letras nacieron en uno de los momentos más difíciles de mi vida, de ahí viene el plano reflexivo, por eso me hago preguntas a través de la música, a través de las letras”, dijo el artista, quien recordó que la enfermedad se declaró a sus 26 años y le provocó un gran dolor en todo el cuerpo.
“Al arte podemos acceder para salir un poco de tanta información”
“En las canciones encontré un lugar de reparo y también de sanación, viendo todo a la distancia”, siguió y recordó que la experiencia musical anterior fue su participación en la banda “Boro”.
Con un claro mensaje inspirador, este flamante material es también “un testimonio” para quienes atraviesan momentos difíciles, dijo Losada. Por eso habló de “resiliencia”, a partir de su propia vivencia personal.
“Las letras empatizan bastante con esas personas y con esos procesos (de dolor) y el disco guarda la hipótesis de que vas a salir, de que va a salir bien la ecuación”. Entendió, además, que “la música es un lugar donde la gente va a buscar un reparo o un disfrute”.
Con la guitarra como instrumento de cabecera, Leandro creó las canciones en la playa del Torreón del Monje, en entornos vinculados a la naturaleza y en viajes. Los músicos Fernando Arriaga y Alejandro Benitez lo ayudaron en arreglos y en algunas canciones.
“Influencias tengo un montón”, expresó. “Escuché un montón de música, desde la Bersuit, Arbolito, Beatles, Abel Pintos, El Plan de la Mariposa, la gran mayoría nacional y latinoamericana. Creo que mi música es una música profunda que tiene un mensaje reflexivo“. Y lo hace a través de estilos como el candombe, el folk y la cumbia latinoamericana.
“Hace un par de años, antes de arrancar con este proyecto me separé de la banda en la que estaba, fue algo bastante doloroso en ese momento y a los poquitos días me agarró pubalgia, un dolor bastante fuerte en la ingle. El dolor era todo el tiempo. Pasé de ser un cantante con mensajes positivos, muy conectado a la alegría a tener un dolor constante. En las letras y en las canciones encontré un lugar de reparación y de encuentro para poder continuar este camino”.
No obstante, el dolor no le impidió entender que en un mundo tan cargado de información, el arte y la música también vienen a proponernos un viaje hacia adentro. “Nos conecta con las emociones, la música es un lugar que nos permite volver a encontrarnos con un montón de emociones, con nosotros mismos. Al arte podemos acceder para salir un poco de tanta información”, observó con su mirada siempre atenta.